¿Qué temas marcarán la agenda política portuguesa en 2023?

2023 se vislumbra como un año en el que la vida y la agenda política portuguesa se enfrentan a un escenario en el que la mayoría absoluta del Gobierno, en su segundo año de legislatura, debe abordar muchos retos y algunas crisis de cara a mantener su legitimidad política, legislativa y social

 Andrés Gumiel | Consultant

El Sistema Nacional de Salud, las previsiones macroeconómicas, la digitalización, la descentralización, los supuestos casos de corrupción o el desgaste del Gobierno[1] son algunos de los temas que marcarán el curso político portugués durante el 2023. Paralelamente, el nuevo año comienza con serias dificultades para el Ejecutivo, tras finalizar el 2022 con la dimisión del ministro de Infraestructuras y Vivienda y de su secretario de Estado y con el nombramiento de los secretarios de Estado para las carteras de energía y medioambiente, así como la nueva secretaria de Estado de Agricultura, cesada en menos de 26h desde su toma de posesión como consecuencia de la ausencia de un control ​ex ante de los candidatos propuestos a cargos políticos.

2023 se vislumbra como un año en el que la vida y la agenda política portuguesa se enfrentan a un escenario en el que la mayoría absoluta del Gobierno, en su segundo año de legislatura, debe abordar muchos retos y algunas crisis de cara a mantener su legitimidad política, legislativa y social, haciendo un ejercicio prudente de administración de su mayoría absoluta, algo que muy excepcionalmente los portugueses conceden.

A vueltas con TAP

Pocos temas en Portugal son capaces de marcar de tal forma la agenda política como el laberíntico camino de la primera aerolínea de Portugal, TAP. Tras sucesivas reprivatizaciones y renacionalizaciones, escándalos de gestión, acuerdos económicos desorbitantes e inyecciones de dinero público, 2022 se saldó con la polémica salida de la vocal y miembro del Consejo de Administración, Alexandra Reis[2], y con la aprobación de un nuevo aumento de capital aprobado por el Gobierno en vísperas de final de año.

El próximo año determinará si las turbulencias de la aerolínea terminan también por afectar a otros altos cargos salpicados por la polémica indemnización a Alexandra Reis y si esto tiene mayores repercusiones a nivel político ante un Gobierno que ansía mantener a flote TAP como national champion, al tiempo que busca contener las huelgas de sus trabajadores y encontrar una salida para la reprivatización de la compañía.

Competitividad salarial y previsiones económicas frente a un escenario volátil

Diciembre terminó con la aprobación del aumento del Salario Mínimo Nacional (SMN) a los 760 euros a partir del 1 de enero de 2023, con la vista puesta en alcanzar los 900 euros en 2026. Sin embargo, el Gobierno portugués deberá seguir haciendo hincapié en la falta de competitividad salarial de sus nacionales con respecto a sus vecinos europeos, en un contexto macroeconómico complejo, en el que el Ministro de Finanzas, Fernando Medina, sostiene que se espera un crecimiento positivo del 1,3% de la economía portuguesa de cara a 2023. Un aumento salarial que podría no solucionar los conflictos colectivos a los que ha tenido que hacer frente el Ejecutivo como consecuencia de las exigencias de revalorización salarial de numerosos cuerpos del funcionariado portugués, que solo durante el mes de noviembre convocó once huelgas[3].

Por otra parte, en términos de deuda, el director general de Economía de la Comisión Europea, Maarten Verwey, declaraba que a pesar de que «será necesario un esfuerzo presupuestario adicional para garantizar que la deuda siga una senda de reducción plausible y sostenida” y que “llevará tiempo alcanzar el 60%”, “Portugal acabará llegando».

En este sentido, en los Presupuestos Generales del Estado para 2023, el Gobierno prevé un descenso de la deuda pública de 4,2 puntos porcentuales, hasta el 110,8% del PIB el próximo año.

Digitalización como motor de cambio

Incentivos fiscales, visados y un compromiso político de cohesionar internamente y de posicionar internacionalmente a Portugal, a través de una profunda reconversión del país en un hub tecnológico para hacer frente a las demandas del mercado en los próximos años. Un cambio que, en ocasiones, choca con una opinión pública que ve como se prima la atracción de talento y se fomentan inversiones extranjeras a través de ventajas fiscales que los portugueses no disfrutan.

La transformación digital de Portugal está basada en tres pilares: (I) Formación e inclusión digital de las personas; (II) Transformación digital del tejido empresarial; (III) Digitalización del Estado. Todos ellos acompañados de un arsenal de medidas sectoriales para impulsar un cambio tecnológico que marcará las oportunidades de inversión en los próximos años en el ámbito digital.

Sostenibilidad del Turismo

En un informe publicado e l pasado mes de junio, el Consejo Mundial de Viajes y Turismo (CMVT) predijo que el sector de los viajes y el turismo impulsaría la recuperación económica de Portugal, superando los niveles anteriores a la pandemia en 2023, pero advertía de que las previsiones globalmente positivas se ven amenazadas por los riesgos exógenos que amenazan la recuperación económica. De igual forma, la creciente contestación social en las principales ciudades turísticas portuguesas a raíz del actual modelo de inversión y gestión de los alojamientos, junto con devenires políticos y legislativos en este aspecto, obligan a que, en 2023, las autoridades y privadas alcancen un consenso en cuanto a la sostenibilidad del modelo turístico si se quiere seguir manteniendo el milagro económico-turístico del país.

Proceso de descentralización

El gobierno portugués ha iniciado un proceso de descentralización a culminar en 2024, en este caso hacia las Comisiones de Coordinación y Desarrollo regional (CCDR) que interactúan con los municipios y que hasta este momento solo implementaban y coordinaban programas del gobierno central.

En este sentido, la Resolución del Consejo de Ministros n.º 123/2022, por la que se determina la transferencia, reparto y articulación de las atribuciones de los servicios periféricos de la administración directa e indirecta del Estado en las Comisiones de Coordinación y Desarrollo Regional (CCDR), supone el inicio de un proceso que ha sido contestado a nivel social- por ejemplo, por las principales asociaciones de agricultores- y a nivel político, por los principales partidos de la oposición.

La descentralización y el proceso de regionalización marcarán el curso político del próximo año y se vislumbra como uno de los principales temas en la agenda el primer ministro, Antonio Costa.

La octava revisión constitucional

La reforma de la Carta Manga portuguesa es sin lugar a duda uno de los puntos fuertes que se vivirán en el país durante el próximo curso político. Desencadenada en un primer momento por el partido político de derecha “Chega”, ha sido bienvenida por los dos principales partidos – el Partido Socialista y el Partido Social Democrático- pero rechazada por quien fuera uno de los principales actores durante la primera redacción del texto constitucional, el Partido Comunista.

Las nuevas propuestas para adaptar la Constitución a la sociedad portuguesa actual van desde la obligatoriedad del voto y la bajada de la edad mínima legal, hasta la inclusión de cuestiones y derechos medioambientales, la castración química, la reforma de las circunscripciones electorales, el uso y almacenamiento de metadatos y las restricciones a derechos fundamentales en casos de emergencias sanitarias, cuestión, esta última, que precipitó el inicio de este proceso de revisión.

La sanidad como tema pendiente

La sanidad es y seguirá siendo uno de los problemas estructurales más importantes a los que se enfrenta Portugal. 2023 pondrá a prueba su reestructuración tras un año marcado por las sucesivas críticas al funcionamiento del Sistema Nacional de Salud (SNS), por las serias deficiencias en los servicios de urgencias hospitalarias, que incluso el primer ministro llegó a calificar como inaceptables, por la dimisión de la ministra de Sanidad, Marta Temido,  por la creación del cargo de CEO del SNS[4], con Fernando Araújo al frente, así como por el nombramiento de Manuel Pizarro como nuevo ministro de Sanidad, junto a dos nuevos Secretarios de Estado.

En un momento de extremada incertidumbre a nivel internacional, el curso político 23/24 se presenta como un punto de inflexión para el Gobierno de Antonio Costa y su proyecto de país. Como algunos políticos veteranos en Portugal han señalado – y algún que otro ciudadano también- las mayorías absolutas no sientan bien en Portugal. Lejos de lo que algunos han querido interpretar por las distintas declaraciones de los partidos de la oposición y del propio presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, no habrá elecciones anticipadas. [5]

De igual forma, la dimisión del ministro de Infraestructuras y su retirada de la política como consecuencia de la polémica de la exsecretaria de Estado del Tesoro, en TAP, obliga al Partido Socialista a replantear la sucesión en el liderazgo del partido cuando Costa deje la Secretaría General del mismo al término de su mandato.

Pese a este escenario de incertidumbre, de lo que sí podremos estar seguros es de que, al igual que los años anteriores, TAP seguirá siendo un tema recurrente en la agenda portuguesa.

[1] En menos de un año de gobierno -desde el 30 de marzo de 2022, fecha en la que se constituyó el actual Ejecutivo, se han producido casi una veintena de remodelaciones en el equipo de gobierno de Antonio Costa, afectando a varios ministros y secretarios de Estado, las últimas en enero de 2023, en el Ministerio de Infraestructuras y Vivienda, en las nuevas secretarías de Estado de Energía y Ambiente – con Ana Gouveia y Hugo Pires al frente respectivamente; así como a la Exsecretaría de Estado de Agricultura, Carla Alves Pereira.

[2] Posteriormente, fue designada como secretaria de Estado del Tesoro, y finalmente fue destituida por el Ministro de Finanzas, Fernando Medina, llevándose consigo la dimisión del secretario de Estado de Infraestructuras, Hugo Santos Mendes y del propio ministro de Infraestructuras y Vivienda, Pedro Nuno Santos, hasta ahora, potencial sucesor del primer ministro al frente del liderazgo socialista.

[3] Como consecuencia de la pérdida de poder adquisitivo y exigiendo revalorización y actualizaciones de las carreras profesionales, técnicos de emergencia prehospitalaria, enfermeros, farmacéuticos. trabajadores del Metro Sul do Tejo, funcionarios de la Administración General del Estado, médicos, técnicos de diagnóstico, funcionarios de centros penitenciarios, tripulantes de TAP, militares y profesores, convocaron paros y jornadas de huelga que se extendieron durante todo el mes de noviembre.

[4] La nueva junta ejecutiva del Sistema Nacional de Salud coordinará toda la respuesta asistencial del SNS, garantizando su funcionamiento en red, gestionando también la red nacional de atención continuada integrada y la red de cuidados paliativos, hasta ahora competencia de las administraciones sanitarias regionales.

[5] Tanto el Presidente de República, como el líder del PSD, Luís Montenegro, han declarado que no es momento de unas nuevas elecciones generales, argumentado su afirmación en las mismas razones, a saber, estando muy recientes todavía las celebradas a comienzos de 2022, por lo que no se debe pedir a los ciudadanos portugueses que expresen de nuevo su voluntad tan reciente, y todavía hay que ejecutar los compromisos de Gobierno y con la Unión Europea,  compromisos críticos para superar el reto socioeconómico del país.