Presupuestos Generales del Estado: las claves

 Felipe Escorihuela | Consultant en VINCES

El pasado jueves 24 de noviembre el Congreso de los Diputados aprobó el proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado 2023, los terceros consecutivos de la legislatura y, previsiblemente por el calendario electoral, los últimos.

Con 187 votos a favor, 156 noes y una abstención, los presupuestos, que continuarán su proceso de tramitación en el Senado, han contado con el voto favorable de los socios de coalición (PSOE y Unidas Podemos), de ERC, PNV, EH Bildu, PDeCAT, Más País, Coalición Canaria, Compromís y PRC; y con la abstención del BNG y el voto en contra del PP, Vox, Ciudadanos, Junts, CUP, UPN, Foro Asturias y Teruel Existe.

Estos presupuestos recogen partidas e inversiones con cifras récord en gasto social, incluyendo una revalorización de las pensiones de alrededor del 8,5%. Si los presupuestos de los dos años anteriores estuvieron marcados por la pandemia, los de 2023 lo están por los fondos de recuperación europeos, la guerra en Ucrania y sus consecuencias en los precios de la energía, que han llevado a la inflación a sus niveles más altos en décadas.

La guerra en Ucrania se ha visto reflejada en el aumento de los recursos previstos para el Ministerio de Defensa en 2023, en línea con los compromisos adquiridos con la OTAN. Esta partida del presupuesto ha sido aprobada con el apoyo del Partido Popular, al igual que el presupuesto de la Casa Real o de los órganos constitucionales.

Además de la ya mencionada revalorización de las pensiones y el aumento del gasto en defensa, los presupuestos también recogen un aumento del gasto en educación, sanidad, políticas de alquiler asequible, una revalorización salarial para los trabajadores del sector público, bonificaciones en transportes o un incremento en las partidas para impulsar el I+D+i.

El Gobierno, al aprobar los presupuestos, ha basado sus previsiones en un crecimiento del PIB en 2023 del 2,1%, crecimiento inferior al experimentado en 2022, debido a la incertidumbre económica provocada por la guerra. En este sentido, aunque la Comisión Europea ha aprobado el Plan Presupuestario del Gobierno, llegando a considerarlo como prudente y dentro de las recomendaciones de prudencia de gasto corriente, no comparte las previsiones de crecimiento económico del Gobierno en 2023 y lo rebaja a un 1% del PIB en 2023. Asimismo, resalta la importancia de la reducción de la deuda pública, que sigue en niveles altos, y de un mejor diseño de las políticas de mitigación de la crisis económica. Por otra parte, el FMI ha señalado la necesidad de una disminución del déficit público y de un ajuste fiscal por valor de entre 3.200 y 6.500 millones de euros en 2023.

La negociación de los presupuestos ha supuesto la consecución de acuerdos y compromisos políticos entre el Gobierno y distintos grupos parlamentarios clave para su aprobación. El Gobierno ha llegado a acuerdos con ERC, que ha asegurado más de 900 millones de euros en inversiones en infraestructuras clave en Cataluña; con EH Bildu, que exigía la prórroga del tope a la actualización del precio de los alquileres; con el PDeCAT, que demandaba que la gratuidad del transporte por carretera dependa del Estado; o con el PNV, que ha conseguido la ampliación de las condiciones, por cinco años más, del Cupo vasco.

En el marco de los Presupuestos Generales del Estado para 2023, también se ha de destacar la aprobación, como proposición de ley, de gravámenes temporales a las empresas energéticas y a la banca y del impuesto temporal a las grandes fortunas. Estas medidas contribuyen al plan fiscal y a los ingresos previstos por el Gobierno, para apoyar el gasto récord previsto en los presupuestos. No obstante, tras diversas enmiendas de grupos parlamentarios, el gravamen a las energéticas se ha suavizado al excluir del mismo las actividades reguladas y al limitarlo a la actividad desarrollada por las compañías en España.

En definitiva, la aprobación en el Congreso de los Diputados del proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado 2023 supone un impulso y una reválida para el Gobierno, permitiéndole afrontar con mayor estabilidad, política y económica, el término de la legislatura.

Todo hace indicar, aún más tras la aprobación de los presupuestos, que el Gobierno completará su mandato electoral, tras haber consolidado los apoyos de partidos de corte nacionalista y regionalista, y que España se encaminará a elecciones generales a finales de 2023, tras una legislatura en la que se han podido aprobar tres presupuestos consecutivos.