20 abril 2020 9 MIN de lectura

Publicadas las recomendaciones finales sobre taxonomía

Si bien tal vez haya pasado algo inadvertido porque en España ya estábamos inmersos en la crisis del COVID-19, el pasado 9 de marzo el Grupo Técnico de Expertos (TEG por sus siglas en inglés), presentó a la Comisión Europea (CE) la versión definitiva de sus esperadas recomendaciones sobre la Taxonomía que explica qué actividades económicas pueden ser consideradas sostenibles.

Como ya se explicó desde Vinces en un artículo publicado en El Confidencial, la taxonomía es un sistema de clasificación común en la Unión Europea (UE) sobre las actividades económicas que se consideran o no sostenibles. Su objetivo es lograr que el capital privado desempeñe un papel fundamental en la transición hacia una economía climáticamente neutra mediante la financiación de las inversiones que resulten necesarias para lograrlo.

La taxonomía se regula en un Reglamento cuyo texto final se adoptará próximamente, que señala las condiciones para que una actividad económica se considere sostenible:

¿A quién y cómo afectará la taxonomía?

Una vez que esté en vigor, la  taxonomía tendrá implicaciones directas sobre las empresas y las firmas de inversión:

  • Los participantes en los mercados financieros tendrán que informar en sus informes anuales sobre la medida en que su producto financiero (fondos de inversión, productos de inversión basados en seguros, pensiones privadas, gestión de carteras individuales etc.) se ajusta a la taxonomía. Esto significa que si una firma de inversión afirma que sus productos tienen objetivos ambientalmente sostenibles, tendrá que revelar la naturaleza y la medida en que el producto se ajusta a la taxonomía. En caso contrario, tendrá que declarar que el producto no se alinea con esta clasificación.
  • Las empresas financieras y no financieras incluidas en el ámbito de aplicación de la Directiva sobre la presentación de informes no financieros tendrán que revelar, en sus cuentas anuales, todo volumen de negocios y gastos de capital u operativos relacionados con las actividades alineadas con la taxonomía.
  • Nuevas normas de etiquetado ecológico y bonos verdes: La CE está planeando introducir etiquetas ecológicas (“eco-labels”) y el grado de alineamiento respectivo con la taxonomía dictará si éstas pueden aplicarse o no a un producto financiero. También se está elaborando una norma sobre bonos verdes que exigirá que los instrumentos de deuda describan la utilización de los ingresos que se ajusten a la taxonomía.

Las recomendaciones del TEG

En julio de 2018 se creó el TEG para asistir a la Comisión en el desarrollo de esta normativa. Se trata de un grupo compuesto por 35 miembros de la sociedad civil, el mundo académico, el sector empresarial y el sector financiero cuyo objetivo es elaborar recomendaciones no vinculantes para establecer criterios técnicos de selección detallados y aplicables a distintas actividades económicas sobre lo que constituye una contribución sustancial y un perjuicio significativo a los objetivos ambientales.

Tras presentar una versión provisional en junio de 2019, las recomendaciones del TEG se abrieron a una consulta pública en la que se recibieron más de 4.000 respuestas. Como resultado de la modificación de algunos criterios tras la consulta, el TEG publicó sus recomendaciones finales el pasado 9 de marzo.

El informe contiene recomendaciones relativas al diseño general de la taxonomía, así como orientaciones sobre la forma en que las empresas e instituciones financieras pueden publicar su información no financiera utilizando este esquema.

Lo más importante es que el informe se complementa con un anexo técnico que contiene criterios técnicos de selección actualizados para 70 actividades de mitigación del cambio climático y 68 actividades de adaptación al cambio climático, incluidos los criterios para definir actividades económicas que no causen significativos daños a otros objetivos ambientales. Es decir, que además de las condiciones que se establecen en el Reglamento, para ajustarse al sistema de clasificación sobre taxonomía la actividad en cuestión deberá cumplir con los requisitos técnicos del TEG. 

Tanto en materia de mitigación como de adaptación al cambio climático, el anexo enumera  actividades que afectan a los sectores forestal; agrícola; manufacturero; de electricidad, gas y de provisión de vapor y aire acondicionado; de agua, alcantarillado y residuos; de transporte y almacenamiento y de construcción.

Además, en materia de contribución a la mitigación del cambio climático, el anexo técnico también se refiere a actividades de los sectores de información y comunicación e inmobiliario mientras que en materia de contribución a la adaptación al cambio climático se añaden criterios técnicos para valorar determinadas actividades del sector de actividades financieras y de seguros así como de actividades científicas y técnicas.

Por último, el anexo incluye una sección de metodología actualizada para apoyar las recomendaciones sobre los criterios técnicos de selección.

Y ahora, ¿qué?

Este informe está ahora en manos de la Comisión que tendrá que desarrollar los actos delegados, es decir convertirlo en materia normativa. Esto se desarrollará en dos fases:

  • La primera fase incluirá los actos delegados de criterios técnicos para las actividades que contribuyan sustancialmente a la mitigación del cambio climático o a la adaptación a este. Se espera que estos actos delegados se adopten a finales de 2020 y entren en vigor a finales de 2021.
  • La segunda fase incluirá los actos delegados de criterios técnicos, que abarcarán las actividades económicas que contribuyan sustancialmente a los objetivos ambientales de uso sostenible y protección de los recursos hídricos y marinos; transición a una economía circular; prevención y control de la contaminación y al de protección y recuperación de la biodiversidad y los ecosistemas. La adopción de estos actos delegados se espera a finales de 2021 y su entrada en vigor a finales de 2022.

Aunque con la publicación del mencionado informe el trabajo del TEG se da por concluído, el desarrollo de la taxonomía de la UE debe continuar y para ello se prevé la creación de una nueva Plataforma de Financiación Sostenible, que se espera que, en principio, esté en funcionamiento en el otoño de 2020 y que ayudará a la CE en el desarrollo de la segunda etapa de actos delegados.

Lourdes Huerta, Consultora Senior en Vinces

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